¿De qué educación estamos hablando? - Sol de México

Cualquier situación nos permite discutir temas sociales que son importantes, pero no siempre apremiantes, en la agenda política o económica.

Tener una buena educación pública y privada es determinante para el desarrollo de un país, no se discute mucho al respecto, el objetivo fundamental es cómo lograrlo.

En este debate de contenidos, el papel de los responsables de la crianza (principalmente madres y padres) es examinar primero la educación que brindan en el hogar y los valores y principios con los que forman a los más pequeños y jóvenes.

Una sociedad que busca progresar debe actualizar constantemente las herramientas que brinda a los niños y jóvenes para hacer frente al mundo que les rodea. Es una tarea que empieza en casa y se complementa con la escuela, no al revés.

Culpar a la educación tanto de la educación pública como de la privada es de interés para muchos, e igualmente interesados ​​en su creencia de que el sistema educativo es el único medio por el cual se construyen ciudadanos. Si existen deficiencias académicas en el hogar, deben ser suplidas en la escuela; lo mismo ocurre si los valores y principios en la intimidad del hogar difieren de los requeridos para la sana convivencia social. Estas ideas nos duelen más de lo que queremos admitir porque hemos establecido dos formas de educación, una como es y otra como debe ser, y muchas veces están tan alejadas que se vuelven antagónicas.

Por ejemplo, en el salón de clases se fomenta la lectura de una variedad de materiales para ampliar el conocimiento, pero ese no es el único lugar donde se debe fomentar la lectura, lo mismo ocurre en el hogar. Podemos discutir sobre la situación de los ingresos para comprar libros, es solo que para la mayoría de las personas conectadas a Internet, el acceso a bibliotecas públicas, ediciones baratas e incluso la lectura digital en sí son posibles. El problema al que nos enfrentamos puede que ya no sea un problema de acceso, sino un problema de hábito.

Dicho esto, contamos con muchas fuentes de conocimiento que nos permiten contrastar, comparar y organizar cualquier dato que se imparta en los programas educativos públicos o privados.

En este debate que atravesamos, los responsables de la crianza pueden informarse y prestar atención a la versión pública y argumentar razonablemente si estamos ante un caso de adoctrinamiento (que sospecho que es el caso) o ante un nuevo caso de juez de lavado de cerebro. No se mencionó en la narración anterior porque no se ajustaba al patrón predominante en ese momento.

Decir que la historia es historia promueve una comprensión basada en fechas y hechos más que en el contexto o las circunstancias en las que ocurrieron. Las únicas narrativas que ha creado son estereotipos e ideas vagas de los hechos que nos marcan como nación.

Es razonable que tengamos una visión de cómo queremos que avance nuestro país, y no podemos criticar sin entender bien las recomendaciones educativas que nos hacen o, peor aún, criticar mientras estamos en casa sin impartir nada para ayudar. Los conocimientos, valores y principios para ser un mejor ciudadano.

Debemos ajustarnos a la historia oficial anterior, debemos vivir directamente con ella, combinando la experiencia con los datos reales y conciliando así los hechos difíciles con las expectativas de una sociedad más armoniosa, inteligente y tolerante.

Cualquier libro es una herramienta para el aprendizaje, y las instrucciones para usarlo y utilizarlo están en casa, proporcionadas por los padres y luego por los maestros. Reducir la brecha entre la enseñanza en el aula y la vida en la calle puede impulsar el desarrollo social e intelectual en su conjunto.

He escuchado y leído todo tipo de comentarios sobre el tema de la educación, y parece que estamos hablando de todo y de nada. Los expertos debemos esforzarnos por llegar a un consenso sobre los medios de la educación pública, sin embargo, las madres, los padres y demás cuidadores tenemos (tenemos) la misión de aportar nuestro propio conocimiento para equilibrar los supuestos previos, presentes y posteriores.

Mi generación ha mencionado muchas veces que la historia (y por lo mismo la ciencia) la escriben los vencedores. Esto en realidad ignora el punto de vista de los llamados perdedores. Creo que en esta etapa los ciudadanos podemos contar esta historia basados ​​en el principio de que todos buscamos lo mismo: vivir en paz, prosperidad y oportunidad para quienes se esfuerzan y buscan oportunidad. En este punto al menos, creo que estamos de acuerdo.

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