De la azada al GPS: tecnología de cultivo en campo

Agricultura de precisión, digitalización, inteligencia artificial, drones, sensores para detectar plagas o entender las necesidades de las plantas, sistemas de geolocalización de explotaciones ganaderas y cultivos… estos instrumentos no se conocían y utilizaban en las actividades agrícolas hasta hace unos años. Hoy, aunque a veces no lo parezca, son términos ya familiares para la industria, especialmente la nueva generación, con el objetivo de aumentar la eficiencia y la rentabilidad, ahorrar y lograr la sostenibilidad.

Según la Asociación Española de Agricultura, Agroalimentación, Ganadería, Pesca y Digitalización del Medio Rural, AgroTech España está a la cabeza con más de 750 empresas de este tipo, solo superada por Estados Unidos. Estados Unidos e India, con cerca de 50 empresas de aplicaciones tecnológicas diferentes. Con estas cifras, España lidera la industria en Europa con el triple de empresas de estados miembros como Holanda, Alemania o Francia. Un dato que habla de la corta edad de la industria: el 60% de estas empresas se fundaron hace menos de cinco años, mientras que el 40% tenían entre cinco y 10 años.

Para el presidente de la asociación, Ivan Lütolf, dada su reciente constitución, su facturación no es muy importante, aunque lo más notable es que ha ido aumentando año tras año incluso en el punto álgido de la pandemia, con el fin de mantener a muchos empresarios contratando sus servicios. . Una de cada ocho empresas aumentó su facturación en el último año, y el 84% de ellas tiene previsto aumentar su plantilla, según sus datos, esta es una de las actividades que más ha impulsado sus niveles de empleo. A día de hoy, el 60% de las facturas de estas empresas son inferiores a 250.000 euros. “Nuestros sectores agrícolas y alimentarios se enfrentan a muchos retos, como la necesidad de ser más sostenibles desde el punto de vista medioambiental, y de aumentar la productividad en un contexto de altos precios de los insumos, costes sociales, etc., y la fijación de precios de venta es prácticamente imposible. «, señaló. Según Lütolf, los desafíos solo se pueden superar si se avanza en un proceso de transformación digital económicamente viable y rentable, cumpliendo con los requisitos ambientales y sociales.

Hace medio siglo, en Burgos Mazuela, la parte más profunda de Castilla, el Sr. Sakarías cargaba sobre sus hombros una bolsa de cebadera, esparciendo semillas y fertilizantes. Décadas más tarde, su hijo Fidenciano lo hizo usando un esparcidor de fertilizantes acoplado a un tractor, pero no tenía idea de dónde puso el producto. Hoy, el tractor de su hijo Eduardo tiene GPS incorporado. “Esto me ha permitido ser más racional a la hora de plantar o abonar, ahorrando unos 100 kilogramos por hectárea. Lo mismo ocurre con mi uso de fitosanitarios”, asegura. Sin embargo, el agricultor lamenta que los avances que representa la nueva tecnología no se implementen en el campo, ya que esto significa tener información precisa de cada terreno y analizarla en consecuencia, ahorrando mucho dinero. como un mayor rendimiento.

El crecimiento de las empresas agrotech se reparte por toda España, aunque se concentran en cuatro comunidades autónomas: Andalucía, 21%; Cataluña, 16%; Madrid, 15% y Valencia, 11%.

Las múltiples tecnologías que aplican estas empresas incluyen el uso de sensores en diferentes puntos de la finca, lo que permite a los agricultores monitorear sus cultivos, obteniendo datos sobre su comportamiento, tendencias, uso de agua, uso de agua de la planta, humedad promedio, temperatura, etc. O usando GPS de geolocalización, diseñado para permitir una mayor simplificación y optimización de las tareas agrícolas del día a día, desde la fertilización hasta la siembra y la cosecha, lo que permite un seguimiento permanente de la evolución de la granja y datos extensos sobre la condición del rebaño. Con inteligencia artificial, es posible que los agricultores prevean la aparición de enfermedades en las plantas y mejoren sus ciclos.

Las nuevas tecnologías impregnan todo el sector agrícola. En viñedo, José María Fonseca, presidente de Terras Gauda, ​​ha sido uno de los enólogos pioneros en su aplicación en diferentes proyectos, desde la búsqueda de nuevas variedades hasta el control de las espalderas. “Desde 2021, estamos involucrados en un proyecto europeo que comprende inteligencia artificial, big data, drones y satélites para monitorear viñedos y, lo más importante, detectar tempranamente posibles enfermedades y necesidades de agua”, informa.

En Castilla y León, el desarrollo de la zona del pistacho viene acompañado de un proyecto de investigación del Grupo Pistacyl, que pretende conseguir la sostenibilidad a través de sensores y drones para entender las necesidades hídricas en función de las expectativas de producción.

Utilizando datos procesados ​​por Agrotech, dependiendo del uso de cada tecnología, es posible ahorrar hasta un 70% en el uso de agua y un 40% en el uso de fitosanitarios, debido a un mayor ahorro además de evitar el contacto con las autoridades comunitarias en materia verde. además de las posibles sanciones relacionadas con los compromisos exigidos, el uso de oportuna, combustible, maquinaria.

Según el sector y la región, la apuesta por la digitalización en la agricultura tendrá diferentes impactos.

La iniciativa más longeva es el Foro Datagri, liderado por la organización agraria COAG, junto con Hisatec, la Cooperativa Agroalimentaria y la Universidad de Córdoba. José Luis González, que dirige los proyectos en COAG, cree que España está a un nivel medioambiental similar al de los países europeos, aunque admite que la implantación es muy desigual entre pequeños y grandes agricultores. “El mayor reto es conseguir el futuro de la agricultura, posibilitando actividades sostenibles en todos los aspectos, tal y como establecen las directrices de reforma de la PAC y el Pacto Verde”, insiste. Asaja ha tomado medidas para firmar un acuerdo con la empresa de servicios y drones DSD para sus empleados. Por su parte, UPA realiza trabajos de consultoría en materia de digitalización de actividades agrarias a través de financiación pública.

programas públicos y financiación

La digitalización de las actividades agrícolas y el uso de las nuevas tecnologías para conseguir un sector rentable y sostenible con capacidad para competir en todos los mercados es uno de los retos promulgados por el gobierno español. Pero los fondos, que son básicamente fondos comunitarios, provienen del programa Next Generation y provienen del departamento, se han descrito como decepcionantes en comparación con los fondos disponibles para otras actividades, a las que se han agregado contribuciones estatales.

Este objetivo incluye la financiación del Programa de Recuperación, Transformación y Resiliencia (RETC), en cuyo marco se contempla la Parte 3 como programas para promover la sostenibilidad y competitividad de la agricultura y la ganadería para una mayor eficiencia. Dispone de 1.050 millones de euros de recursos de próxima generación (956 millones en agricultura y 95 en pesca).

Asimismo, en el marco del proyecto estratégico PERTE para la recuperación económica y la transformación del sector agroalimentario, se han destinado otros 1.000 millones de fondos comunitarios para avanzar en la digitalización y la investigación, con 800 millones adicionales por parte del Gobierno de España.

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