Las sombras de los participantes en el encierro de San Sebastián de los Reyes (Madrid) se proyectan sobre las tablas de madera de la plaza de toros el 27 de agosto de 2014.Pedro Amester (AFP)
Los toros entran en la cultura juvenil dividendo a hombros del Supremo. Ayer, un juzgado anuló una norma que excluía la tauromaquia de la lista de actividades en las que los ciudadanos mayores de 18 años pueden gastar los 400 euros donados por el Gobierno. Y, hoy, miércoles, el ministro de Cultura y Deportes, Mikel Eseta, anunció que se cumplirá la sentencia y que se modificarán «inmediatamente» las ayudas para incluir estos espectáculos.
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“Vamos a ir a la entidad colaboradora a comprar las entradas, o al organizador del espectáculo taurino, y si quieren, pueden aprovechar el dinero del premio”, dijo Iceta, Guadalajara, en la presentación del Proyecto de Ampliación del Prado. , en el Palacio de La Infantado de Guadalaja, informa Europa Press. Así, casi 24 horas después del fallo, Cultura aclaró su escepticismo sobre sus consecuencias: el ministerio quiere aplicar los cambios al proyecto 2022, el primero de este tipo, justo en la etapa en que los beneficiarios pueden invertir el dinero de la ayuda. La ministra ha destacado que el proyecto arrancó en noviembre, antes de la temporada taurina, y que «hay un año para invertir los 400 euros». El cambio también se aplicará al Bono Cultura 2023, que recién comienza su andadura, y más allá, ya que el gobierno quiere que la iniciativa sea anual.
La cultura se vio obligada, por tanto, a revisar sus normas, ya que en el real decreto de 22 de marzo de 2022 por el que se introducía el premio en metálico, excluía explícitamente la tauromaquia, lo que generó polémica y motivó un recurso por parte de la Fundación Toro de Lidia. El Tribunal Supremo le dio la razón ayer al considerar que la decisión carecía de fundamentos válidos. “La exclusión de 2022 supone una pérdida de patrimonio taurino, y hay que valorar si se puede reclamar de alguna forma”, ha dicho Lorenzo Clemente, presidente y editor del Comité Jurídico de la Fundación Toro de Lidia (FTL). , dijo a este periódico, el recurso. “Lo que está claro es que si las autoridades incumplen la ley y provocan un daño, hay que repararlo; pero es difícil cuantificarlo y las reclamaciones corresponderán a las industrias afectadas, especialmente a los toreros”, añadió.
La sentencia consideró que la tauromaquia está legalmente reconocida «por su vertiente cultural, histórica y artística» y por tanto no puede compararse con otras actividades y sectores excluidos de los premios, como los eventos deportivos, así como los productos de papelería, la adquisición de cursos de libros de texto (impresos o digital); computadoras y equipos electrónicos, software, hardware y consumibles, materiales de arte, instrumentos musicales, moda y comida gourmet.
Además, el Tribunal Supremo argumentó que no le correspondía decidir si la tauromaquia y el toreo eran expresiones culturales, ya que la propia ley (18/2013) las consideraba patrimonio cultural. Tenga en cuenta que la constitución también aclara su «carácter cultural», y agrega que el hecho de que el ministerio excluya explícitamente a los toros del premio en metálico es, de hecho, otra prueba de que pertenecen a la lista de actividades culturales.
Frente a estos argumentos, el Tribunal Supremo no encontró respuestas convincentes por parte de Cultura para defender su elección: la acusación a favor de la exclusión se centró en que la tauromaquia ya se fomentaba a través de otros mecanismos, como premios estatales o subvenciones a fundaciones emergentes en reiteradas ocasiones, cada una de ellas la administración elige qué sectores promover y cómo. El tribunal calificó las explicaciones de «generales e insuficientes» y consideró que todas las iniciativas enumeradas eran «específicas» y que el bono cultura juvenil «tiene proyecciones generales». Además, la sentencia destaca que el proyecto va dirigido a mayores de 18 años, y por tanto a las generaciones futuras, “una perspectiva que es fundamental a la hora de proteger y promover el patrimonio cultural”.
El dividendo cultural juvenil se enfrenta así a otros altibajos. Cientos de jóvenes se han quejado de las dificultades en el proceso de solicitud de un bono —una tarjeta prepago emitida por Correos que los beneficiarios pueden utilizar de forma virtual en su teléfono o físicamente—, tanto que Cultura ha agilizado el proceso y aplicará el máximo El plazo de inscripción se amplió dos semanas hasta el 31 de octubre del año pasado. Al final, la adquirieron 281.557 jóvenes, lo que supone el 57,8% de la población nacida en 2004 (casi 488.000 personas). Así, los gastos previstos ascendieron a 112 millones de los 210 millones incluidos originalmente en los Presupuestos Generales del Estado. Ahora le toca al departamento taurino pedir la porción que corresponde a la torta.