Finalmente, tendremos una nueva ley penal para las agresiones sexuales, aunque tenga un alto costo legal político, social y técnico. La imagen de los dos ministros responsables directos de la iniciativa, confundidos y arrepentidos, es una imagen de una sensación de fracaso. No es justo. Sus esfuerzos iniciales dieron sus frutos. Interpretaciones jurisprudenciales puntuales, como la del magistrado de Pamplona en el caso «la manada», impugnando la validez del consentimiento de la víctima como elemento esencial de un delito contra la libertad, ya no serán posibles…
suscríbete para seguir leyendo
Lo que más importa es lo que sucede en lugares cerrados. Para no perderte nada, suscríbete.
suscripción