La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante una sesión de la Cámara de Diputados en Madrid el 27 de octubre.André Comas
Las leyes de patrocinio siempre están en camino, pero nunca llegan. Aparece en la planificación electoral y se repite en los discursos de los partidos. Incluso el presidente del Gobierno: el popular Mariano Rajoy prometió en noviembre de 2015 que se aprobarían las reformas. Sin embargo, no sucedió. El socialista Pedro Sánchez anunció el mismo compromiso en el Congreso el pasado mes de julio. Mientras tanto, la cultura y la ciencia esperaron en vano durante una década. Volvieron a orar a pesar del avance más concreto en mucho tiempo: una propuesta para reformar las leyes de financiamiento vigentes desde 2002 comenzó a presentarse el miércoles en la Comisión de Finanzas y Funciones Públicas del Congreso. Se identificaron presentaciones con representantes de cada grupo político como punto de partida a partir del cual se buscó el consenso para resolver cuestiones antes de abordar el texto final y las enmiendas.
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Dos miembros de la agencia aseguraron que había suficiente espacio para que esto suceda antes de que termine la legislatura. Pero el pasado reciente llama a la cautela: la retórica nunca se convirtió en realidad, las mismas reformas que ahora se discuten están paralizadas desde hace casi un año. Se desconoce si cumple la promesa de Sánchez porque el texto no procedía del PSOE.
La propuesta fue presentada por el PDeCat en diciembre de 2020. Sergi Miquel, representante del Partido de la Independencia de Cataluña, resumió sus principales puntos: aumentar la desgravación fiscal del 80% al 90% para los primeros 150 euros donados por particulares, y del 35% al 50% para el resto; aumentos similares para las empresas . El texto también amplía los posibles beneficiarios de la donación: entidades públicas o sin ánimo de lucro, no solo en los campos de la cultura o la ciencia, sino también en áreas como el medio ambiente. Un ejemplo típico es la donación de dinero o de una obra de valor artístico, como un cuadro, por parte de los ciudadanos al Museo del Prado. Pero, además, la reforma introdujo las llamadas «donaciones por servicio», que ya existían en Francia. El mismo Miquel lo explica con un ejemplo: “Un despacho de abogados puede ofrecer un asesoramiento gratuito por valor de 15.000 euros.” La nueva categoría también permite regalar bienes que no sean puramente artísticos, entre otras posibilidades.
El representante enfatizó que el texto era el primero de varios años de repetidos intentos de «ir más allá de la aceptación», un paso en el Congreso para confirmar el momento de discutir el tema. Luego fue respaldado por dos socios de gobierno, PSOE y Unidas Podemos, entre otros. Sin embargo, a partir de abril de 2021, la prórroga del plazo de modificación se prolongó durante casi un año hasta marzo de 2022. Luego se detuvo, hasta ahora. ¿Por qué?
Hay múltiples respuestas, relacionadas con la escasa cultura mecenazgo de España, pero una es repetitiva. «El Ministerio de Cultura y Deportes, que es el encargado de impulsar la ley, carece del poder y la influencia necesarios. Para el Ministerio de Hacienda, que puede impulsarla, no es una prioridad. Aparte de eso, la parte gubernamental está muy preocupada». sobre aprobar nuevos incentivos fiscales o aumentar los existentes, existe un miedo atávico al alivio y debates ideológicos sobre cómo financiar la promoción cultural: a través de impuestos o fomentando la inversión privada”, dijo José María Méndez, abogado especialista en PI de Baker McKenzie LLP. “El principal enemigo de las leyes de patrocinio es el Tesoro”, agregó Meeker.
Fuentes del gobierno encabezado por la socialista María Jesús Montero evitaron responder a pistas concretas. Se limitó a sugerir que la iniciativa del PDeCat podría convertirse en ley antes de las próximas elecciones de finales de 2023 «parece complicado por momentos». Miquel ha destacado que “si todo el mundo quisiera, lo podrían aprobar en dos meses”, considerando además que la Comisión de Hacienda tiene plena potestad legislativa para desarrollar el texto y remitirlo al Senado para su aprobación definitiva.
«No tiene un gran coste fiscal. El problema puede ser la resistencia del Ministerio de Hacienda a textos que no vienen de allí», añade Mario Garcés Sanagustín, diputado del PP encargado del tema. Su propia experiencia así lo demuestra: formó parte de un gobierno del PP que incumplió su promesa de aprobar la ley de mecenazgo. Reconoció que era el Departamento del Tesoro el que era un obstáculo insalvable. «Fuimos muy solidarios con su salida. Tendríamos que haberlo aprobado, sí», admite, por lo que Garcés apoya la iniciativa del PDeCat. Eso sí, expresó su preocupación por lo que prometió vigilar: «Algunas comunidades autónomas, como Cataluña, designan cierto tipo de entidades receptoras que pueden perseguir fines que no son de interés general».
Pero la declaración de Pedro Sánchez despertó otro temor en la oposición: que el PSOE detuviera la reforma, dando prioridad a las reformas que llevaran su firma. «Votamos tratar la iniciativa en el Congreso. Hemos presentado enmiendas para mejorarla. Un grupo parlamentario decidirá el momento adecuado. Pero en lo que respecta al gobierno y a nuestro partido, el compromiso de apoyo es firme, como dijo el presidente dicho y extendiendo la deducción como se indica [hasta el 80% en los primeros 150 euros y hasta el 35% después, gracias a un real decreto aprobado en 2020]’, respondió el diputado del PSOE, Miguel Ángel González Caballero. Preguntado por lo que no le gustaba de la propuesta, evitó precisar: «No queremos que sea una subasta de impuestos, creemos que es importante mejorar la ecología de la filantropía». sistemas y conocimiento de las medidas relacionadas. ya existe. «
Mientras el debate continúa, el arte aún espera. Por un lado, desde que se promulgó la ley en 2002, las donaciones a la cultura han pasado de 1,3 millones de euros a casi 4 millones de euros en 2019, según González Caballero. Pero al mismo tiempo, las donaciones altruistas en España suponen solo el 0,1% del PIB, según cálculos de la Asociación Española de Fundaciones. De fondo, existe un debate sobre el valor del patrocinio y el voluntariado: para unos es un beneficio esencial, o al menos un beneficio añadido, a explotar y estimular; sin embargo, para otros, la libertad de la cooperación privada en los Estados Unidos Los estados corren el riesgo de alentar, o al menos enmascarar, la abdicación de funciones por parte del estado, que es el principal responsable de apoyar las artes o las ciencias. Lo cierto es que, históricamente, «el modelo de mecenazgo tiene un origen anglosajón», mientras que en España, Francia, Italia o Portugal la gente apuesta más por las donaciones públicas, afirma Roger Dedeu, abogado de Gabeiras y Asociados, experto en derecho de autor. . . cultura.
“El patrocinio es muy importante porque la cultura requiere financiación privada. Lo que hay que afrontar es una revisión completa del sistema de financiación pública y privada de la cultura que abarque todas las disciplinas”, reflexiona el experto. Méndez, del bufete de abogados Baker McKenzie, añadió: “Se desconoce cómo afectará la ley de mecenazgo real, pero en España tenemos muchos ejemplos alentadores del impacto de los incentivos fiscales en la industria cultural”.
Dedeu aporta elementos adicionales al debate: reconoce que “a Hacienda le cuesta hacer importantes desgravaciones fiscales a la cultura”, pero invita a valorar las artes no solo en términos de PIB, sino también en términos de su impacto social y sugiere que la nueva ley no se limite a las donaciones a entidades sin ánimo de lucro, sino que permita a todo el mundo recibir una deducción cuando apoye a los creadores y empresas artísticas que crea serlo, siguiendo la forma jurídica aprobada por la comunidad valenciana en 2018. Quizás este tema también se incluirá en el texto que discutirá el Congreso. Aunque el principal problema es otro: las leyes de patrocinio vuelven a estarlo. Vale la pena ver si llega a alguna parte esta vez.