Si a una empresa le va bien, su jefe logrará ocultar sus puntos de atención. En tiempos de dificultades económicas, como sucede a menudo en estos días, un liderazgo deficiente puede significar un desastre.
A primera vista, un jefe benévolo se encargará de borrar sus faltas pero, en la mayoría de los casos, no es consciente del bajo nivel de su desempeño. Peor aún, los malos jefes se dan a sí mismos altas calificaciones.
malos jefes
Jack Zenger y Joseph Folkman, gerentes de Zenger & Folkman, una firma consultora, han compilado una lista de las debilidades de los líderes empresariales. Sus hallazgos fueron publicados en Harvard Business Review.
Como parte de su investigación, realizaron dos estudios. Al entrevistar a 11.000 jefes, intentaron establecer vínculos entre el 10% de los peores entre ellos. Se realizó una segunda investigación entre 450 líderes empresariales con el objetivo de determinar las características comunes de 31 personas que habían sido despedidas en los 3 años siguientes a la encuesta.
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Las 10 deficiencias más comunes de los malos jefes
Los investigadores identificaron las 10 infracciones más comunes. Cada mal jefe tiene al menos una de las siguientes características. En general, incluso tienen varios.
1. Falta de energía y entusiasmo
Ven las nuevas iniciativas como una carga y temen verse abrumados por tales oportunidades. Como bien dice la cita en inglés: «Aspiran toda la energía de cualquier habitación».
2. Sin visión clara
Piensan que su único trabajo es ejecutar una misión y claramente carecen de una visión a largo plazo.
3. Cometen errores de juicio
Toman decisiones que levantan las cejas de los involucrados. Los colegas comienzan a hacer preguntas y se preguntan si estas medidas son realmente favorables para el bienestar de la empresa.
4. Aceptan su bajo rendimiento
Exageran sobre el nivel de dificultad para alcanzar los objetivos. Cada vez que tienen éxito, parece una hazaña. ¿Su lema? Poco que prometer y exagerar la celebración una vez alcanzada la meta.
5. No trabajan juntos lo suficiente
Actúan por su cuenta, evitan a los compañeros de trabajo y ven a otros jefes como competidores.
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6. No respetan las reglas que imponen a los demás
Los trabajadores los acusan de falta de integridad. No cumplen con las expectativas y estándares impuestos a sus empleados. Sólo tienen ojos para ellos mismos.
7. Odian las ideas nuevas.
Rechazan las sugerencias de quienes les rodean. En pocas palabras: las buenas ideas no se implementan. Como era de esperar, esto no funciona a favor de la sociedad.
8. No aprenden de sus errores.
No ven los fracasos como oportunidades para mejorar. Por el contrario, los malos jefes tratan de encubrir sus errores.
9. Les faltan habilidades sociales
Nada que añadir.
10. Son incapaces de delegar
Se centran en sí mismos y son incapaces de desarrollar sus relaciones con los demás, con todas las consecuencias que ello conlleva.
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(Eh/Jy)
8 de diciembre de 2022