La inmueble circular tiene poco que ver con los círculos que el clasicismo asocia a la forma perfecta y mucho con las croquetas. El arquitecto Juan Palencia, “que ganó el concurso con Marta Colón de Carvajal para construir el Pabellón de Basilea a partir de un catálogo de elementos reciclados”, lo resume: “Es como abrir la nevera y usar lo que tienes para preparar la cena”. Colón de Carvajal conforman Studio Isla, referente en la construcción de viviendas unifamiliares, que lleva primaveras activa en la ciudad suiza y ahora tiene su sede en Palma de Mallorca. Y acaban de inaugurar un tesina sobre las antiguas vías del tren en desuso en Dreispitz, un suburbio de Basilea.
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Diseñado por Studio Isla, el Loggia Baseliana consta de seis módulos cubiertos que se abren a las antiguas vías del tren y están construidos con varios nociones recuperados de la demolición de otros edificios. El sistema está regular «construido a partir de la repetición de elementos» y variado «a través de cambios materiales». La cubierta de chapa centra la expresión del edificio en una serie de perforaciones que permiten el paso de la luz natural, lo que hace que el pabellón sea único y responda a la pobreza de cercar el consumo de materiales, en linde con las reglas del concurso.
El resultado es un pasaje urbano, una tribuna de 50 metros de valor con vistas a un morería cambiante donde ya se han erigido los archivos de Herzog y de Meuron. Lo formal y lo informal, lo temporal y lo permanente, el reciclaje y el espectáculo de la transformación confluyen en este enclave que podrá ser visitado y ocupado hasta el próximo mes de octubre.
El Pabellón Isla está construido con materiales 100% reciclados.LUIS DÍAZ DÍAZ
Se presentaron 183 estudios internacionales al concurso, que fue convocado para crear un catálogo de materiales reciclados a partir del desmantelamiento de muebles y edificios. Isla quedó finalista conexo a otras 14 propuestas -procedentes de Buenos Aires, Sao Paulo, Londres, Róterdam o la propia Basilea- que a menudo trabajaban más la forma y la idea de temporalidad que el uso del pabellón y su relación con el superficie. . Esta es precisamente la fuerza del edificio Isla: parece pertenecer al morería, sirve como puesto, casa sombra y refugio contra la profusión. Permanece libre y accesible durante seis meses. Luego se recicla en partes.
Fue esta modularidad, su amoldamiento a la curva de la fase de tren y la imaginación para hacer convivir las patas metálicas de las mesas con las vigas de madera del derrumbe de los edificios lo que convirtió al tesina en el predilecto de un tribunal en el que estaba la española Chus Martínez, comisaria del Art Institute Gender Nature de la Universidad de Artes Aplicadas del Noroeste de Suiza, y la arquitecta Marina Otero del Het Nieuwe Instituut Rotterdam y jefa del sección de Diseño Social de la Design Academy Eindhoven.
Detalle de patas de mesa de metal reciclado para construir un frente y faja en el mirador.LUIS DÍAZ DÍAZ
Martínez destacó que la propuesta fue la única de las 14 finalistas que hizo uso de las vías del tren en desuso en superficie de ignorarlas. “Esto anima a los ciudadanos a ver el lugar no como hostil, sino como un espacio reinventado con otra opción cívica para descansar, contemplar o buscar refugio.” Otero defendió la versatilidad del tesina, que se puede ascender cerca de en lo alto o cerca de debajo y en partes se puede reutilizar. E imaginación a la hora de reciclar materiales.
El estudio barcelonés MAIO incluso estuvo entre los finalistas. Por su parte, los arquitectos de Isla hablan de un pájaro que a la vez sigue la beneficio izquierda del Rin y observa la transformación de la ciudad. El pabellón, que se puede utilizar durante los meses de primavera y verano, logra efectivamente conversar de alternativas y al mismo tiempo estar al servicio de los ciudadanos.
