El arquitecto Oriol Bohigas en la Plaza Rey de Barcelona en 2003.

El arquitecto Oriol Bohigas en la Plaza Rey de Barcelona en 2003.

Algunas personas abruman el espacio solo con su presencia. Ya sea un pequeño seminario, salón de clases o gimnasio. incluso ciudades. Así recuerdo a Oriol Bohigas, desde principios de los 60, y durante décadas he podido disfrutar de su amistad, superando la distancia y los largos silencios.

Su cuerpo, de cabeza redonda, destila fuerza, energía y calidez. Su voz y sus palabras transmiten pasión y sabiduría. Es imposible ignorarlo. Fue difícil evitar su abrazo. Cierra los oídos y escucha su discurso tranquilo o intenso. Concéntrate siempre en la tarea de cada momento. Comprometerse con lo que considere justo y necesario para defender el bien común.

Invirtió su conocimiento en él, como una lanza valiente, en muchas batallas. En un examen riguroso de la cultura catalana, inserta la cultura europea. Oponerse a la dictadura de Franco y conquistar la democracia. En la enseñanza de la arquitectura, a partir de libros o recintos. En muchas reuniones y debates, polémicos y argumentativos, siempre se respeta lo contrario. En la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, ​​se convirtió en director y renovador de la escuela.

Compromiso con la ciudadanía, que le llevó a poner su carrera de arquitecto al servicio de su ciudad, asumiendo responsabilidades de concejal como alcalde de Pascual Malagall. En este cargo, fue el instigador, impulsor y gestor del renacimiento de Barcelona. Reborn encontró una oportunidad para brillar en los Juegos Olímpicos de 1992 y brillar más allá de nuestras fronteras.

Con el final de las Olimpiadas, el «Modelo Barcelona» comenzó a ser ampliamente discutido en la política urbana, el urbanismo y la arquitectura. El propio Oriol rechazó tales expresiones de elogio, diciendo que Barcelona ofrece más que un modelo, como ejemplo de éxito, es una forma de hacer ciudad. Construye una ciudad dentro de una ciudad existente y descubre su futuro potencial oculto. Este modelo estuvo dirigido en gran medida por el propio Bohigas, con el apoyo político y humano de Maragall.

Cataluña, la geografía y la cultura, especialmente Barcelona, ​​son los territorios donde encuentra la tierra básica para arraigar y nutrir sus ideas. Proyecta sus anhelos y vuelca en un mismo terreno su asombrosa capacidad de trabajo.

Su entrega fue tan grande y tan fuerte que estoy seguro de que el nombre de Oriol Boygas formará parte de la lista de grandes catalanes y quedará grabado en la piel del Barcelona para siempre.

Adiós, Oriol.

Eduardo Mangada fue arquitecto, miembro de la Comisión de Urbanismo de Madrid de 1979 a 1982 y comisario de la Comunidad de Madrid de 1983 a 1991.

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