El perfeccionismo a menudo nos juega malas pasadas. ¿Cómo sabes si eres un perfeccionista y cómo puedes usarlo a tu favor?
Cuando se pasa de un valor a una meta real, comienzas a perderte en un revoltijo de detalles y escenarios apocalípticos, por lo que no ves otra solución que posponer el problema o no resolverlo. Es más una cuestión de opinión, porque lo que tú consideras una experiencia perfecta puede no serlo para tu compañero de trabajo o familiar.
Infancia
Según Annemie Clément, empleada de Work Life Balance Foundation, la causa del perfeccionismo a menudo se encuentra en la infancia de las personas. «Como niños, queremos cumplir con las expectativas de quienes nos rodean a toda costa. Una pequeña voz en nuestro interior nos dice que no somos lo suficientemente buenos y que seremos rechazados si no las cumplimos».
Esta ansiedad también suele jugar malas pasadas tanto a nivel profesional como en el contexto del equilibrio entre la vida privada y la profesional. «El deseo de ser perfecto genera fatiga y acentúa la sensación de no poder descansar ni disfrutar de la vida».
Revisa: 4 formas en que el perfeccionismo está hipotecando tu carrera
Dilación
Incluso la procrastinación es un signo de perfeccionismo: analizamos demasiado y pensamos que las circunstancias deben ser perfectas. Si no, ¿qué dirán y pensarán los demás sobre nosotros?
Esto nos lleva a ver que el perfeccionismo conduce a resultados negativos en lugar de positivos. Esto se debe a que con demasiada frecuencia nos enfocamos en las cosas equivocadas y perdemos oportunidades de retroalimentación o aprendizaje.
5 consejos para detectar el perfeccionismo
- ¿Procrastinas?
- ¿Te quedas atascado en una rutina de ‘comenzar-ejecutar-detener’ y nunca completas completamente tus tareas?
- ¿Le resulta difícil dejar de lado sus tareas, a pesar de que sabe que su cerebro se está sobrecalentando?
- ¿Recibes comentarios sobre el hecho de que solo quieres hablar de tus proyectos o lo has notado por ti mismo?
- ¿Te han dicho alguna vez que tu equilibrio eficiencia-eficacia ya no está equilibrado a nivel profesional?
Extra: ¿Por qué a veces es mejor ser bueno que perfecto?
5 consejos para llevar tu perfeccionismo a un nivel óptimo
Buenas noticias: el perfeccionismo se puede aprender pero también desaprender o corregir. Es posible usarlo mejor y cosechar los beneficios.
- Trabaja en tu autoestima para que no estés pensando constantemente en lo que los demás piensan de ti y aceptes los cumplidos que recibes. Sé amable contigo mismo y disfruta de tus pequeñas victorias y éxitos interiores.
- Di ‘no’ y establece tus límites. Mostrarás más respeto por ti mismo (y por los demás), estarás menos estresado, más seguro de ti mismo y mejor enfocado en las metas correctas a alcanzar.
- No te pierdas en fallas imaginarias o detalles sin importancia. Asegúrese no solo de iniciar el ciclo ‘iniciar – ejecutar – detener’, sino también de completarlo correctamente. Comenzar y terminar algo es mejor que luchar por la perfección y nunca ver el final de tus misiones. (¿Te gustan los números? Calcula cuánto tiempo perdiste en tu último ciclo de trabajo sin agregar valor).
- Eliminar falsas creencias (Solo puedo empezar si…) obstaculizando tu productividad y trabajando en lo que crees que subyace al perfeccionismo (falta de confianza en ti mismo, mala imagen de ti mismo,…). Aprende a relativizar el perfeccionismo que hay en ti.
- Busca la cualidad que se encuentra en la raíz de tu perfeccionismo. y darle una nueva función en una mejor situación. No tiene nada de malo querer lograr algo grandioso, pero si comienza a obsesionarte, tu equilibrio entre el trabajo y la vida se verá afectado.
Finalmente, sepa que el perfeccionismo es una rutina arraigada en su cerebro. Este se comporta según el principio de ‘todo o nada’ y tiende a desviarte hacia el círculo vicioso del exceso de trabajo.
Lea también: 4 maneras en que el perfeccionismo hipoteca su carrera
(eh/jy) – Fuente: www.worklifebalanceopleidingencoaching.be
27 de diciembre de 2022