2,8 millones de españoles tienen pensamientos suicidas

Los problemas de salud mental ya no son un tema tabú. Muestra que todos los partidos, desde la derecha hasta la izquierda del arco ideológico, ahora lo incluyen entre sus prioridades políticas.En este clima propensoEn cuanto a la normalización, el 56,5% de los españoles admite haber padecido o cree poder padecer dichas afecciones.

Esta es una de las principales conclusiones que se extraen de una encuesta Sigma dos para mundo, lo que también confirma la existencia significativa de tendencias suicidas. De los encuestados que reconocieron cambios en el estado de ánimo y el comportamiento, El 14,4% admitió que en algún momento había pensado en quitarse la vidase estima que toda la población se verá afectada por 2,8 millones de personas.

A primera vista, los jóvenes son el grupo con mayor riesgo de sufrir problemas mentales, con mayores tasas de incidencia, ya que tres cuartas partes de las personas de 18 a 29 años respondieron afirmativamente a esta pregunta. Por otro lado, más de la mitad de los mayores de 65 años dijeron nunca haber padecido la enfermedad, que afecta más a las mujeres (59%) que a los hombres (53,8%).

Las principales enfermedades que padecen los españoles son ansiedad. Se ha confirmado que el 78% de las personas que admiten sufrir una enfermedad mental han experimentado dichos sentimientos de excitación, malestar o ansiedad, siendo la tasa de incidencia entre las mujeres (79,9%) superior a la de los hombres (75,7%).

La lista de los síntomas más comunes continúa con frustrado, reconocen que más de 11 millones de personas han sufrido ataques de pánico y pensamientos suicidas en algún momento. En la última parte, la prevalencia fue mayor en hombres (15,8%) que en mujeres (13,2%), y también en personas más jóvenes que en personas mayores. Este problema va acompañado de la prevalencia de esta idea en la adolescencia, que se traslada a la vida adulta.

La encuesta, realizada del 15 al 26 de diciembre, entre 2.992 personas, tuvo un consenso muy amplio: el 91,8% de los encuestados creía que el poder público debería aumentar la inversión para mitigar el impacto de estas enfermedades. En este apartado, el grupo mayoritario a favor de resolver este tema son los que apoyan a Yolanda Díaz el 23-J (97,4%), mientras que el grupo mayoritario opuesto a este tema son los partidarios de Vox (9,4%). %).

En conjunto, más de la mitad (56,4%) cree que la salud de los españoles es peor ahora que hace una década, mientras que dos de cada 10 piensa que la situación ha mejorado. A estas alturas, los más pesimistas son los que depositan en las urnas su voto del PSOE, seguidos de los del Partido Popular, mientras que los que eligen a Santiago Abascal como presidente del Gobierno son los que menos opiniones negativas tienen.

En cuanto a la solidaridad sanitaria, el 54,1% admitió no haber donado sangre nunca, frente al 44,3% que sí lo había hecho. Aún más desequilibrada es la relación entre quienes hasta ahora no han aceptado que sus órganos se trasplanten a otra persona, ya sea en vida o después de la muerte (68%), y quienes han hecho ese gesto altruista (29,4%).

Además, siete de cada 10 ciudadanos creen que, en general, la sanidad pública es buena o muy buena. Por otro lado, alrededor del 25% tiene una visión negativa o muy negativa de la atención brindada en los centros médicos y hospitales financiados por el estado, con una proporción muy superior a la media de votantes de Vox (42,3% del total).

Si bien las puntuaciones son en su mayoría positivas, casi el 60% de los votantes cree que el sistema de salud se ha deteriorado durante la última década, incluso teniendo que enfrentar emergencias como la pandemia mundial de COVID-19. En este momento, las mayores pérdidas en la calidad de la atención ocurrieron entre los usuarios ubicados en la órbita política de Sumal (70,3%).

La opinión mayoritaria es positiva (61,2%) sobre si la asistencia sanitaria debería ser gestionada íntegramente por la administración pública, mientras que otro 29,8% está a favor de la coordinación y/o la subcontratación de la gestión. En este sentido, los partidarios del espacio político de Díaz son los más firmes en su oposición a derivar pacientes a clínicas privadas -sólo el 4,1% lo apoya-, a pesar de que el ministro de Sanidad fue nombrado a petición de sus socios minoritarios del partido. Mónica García, de la coalición, afirmó que este sector de la economía «no debería ser una preocupación» porque siempre le he tenido «un gran respeto».

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